Laia está al frente del estudio de diseño barcelonés que lleva su nombre, creado para ayudar a personas y empresas a comunicarse gráficamente de forma creativa y efectiva. Les gusta sentir que forman parte de sus proyectos, huyen de un diseño superficial y vacío, y trabajan cada propuesta bajo un concepto y con criterio propio.
¿Nos haces un resumen de tu trayectoria?
Desde muy pequeña tenía muy claro que quería dedicarme a una profesión creativa. Esto, combinado a que mi familia tenía una fábrica de muebles, quise estudiar diseño industrial. Después de unos años trabajando en Barcelona, en el sector de la arquitectura de interiores, me replanteé mi profesión y tomé una serie de decisiones que me llevaron a irme a vivir a Milán, donde empecé a adentrarme en el campo de la comunicación. Entré a trabajar en una agencia diseñando stands y espacios para congresos, y fue allí donde me fui apasionando cada vez más con los proyectos de comunicación. Creo que siempre tuve el diseño gráfico dentro de mí, pero fue la vida milanesa la que lo sacó a la superficie.
Cuando presentaba los proyectos en la universidad, le daba una especial atención al diseño de la presentación final. Formato, materiales, colores, composición, tipografía. Recuerdo una frase de mi profesor de PFE, Martín Ruiz de Azúa. “Laia, creo que te has equivocado de disciplina”, predijo.
Mi trayectoria profesional ha tenido una lenta, pero constante evolución en los distintos ámbitos del diseño, pasando por estudiar una ingeniería en diseño y un graduado en diseño de producto, trabajando durante más de 7 años en el sector del diseño de interiores en el negocio familiar y en varios estudios de Barcelona, creando mi propio estudio multidisciplinar con otros diseñadores, hasta llegar a tener mi propia oficina de comunicación gráfica, donde puede expresar más a fondo quien soy.
"La lucha para la igualdad de género no es exclusivamente femenina. Hasta que no cambie el modelo actual, no habrá igualdad".
¿Cómo ves el papel de la mujer en el sector?
Sinceramente, no muy bien, tengo la sensación que tenemos que estar constantemente mostrando nuestras aptitudes, nuestra profesionalidad, nuestra valía, nuestra creatividad, que tenemos que ser más creíbles, mientras que los hombres no se encuentran con esta situación.
A mí me gusta estar rodeada de mujeres, todas mis colaboradoras lo son y fíjate que ha sido de forma inconsciente, pero supongo que me hace sentir más cómoda.
¿Consideras que en el sector hay suficiente representación femenina en todos los niveles?
Necesitamos más visibilidad, más lugares de trabajo con responsabilidad y liderazgo, esto hace que sea más fácil abrir las puertas a otras mujeres y contribuir de este modo a tener un abanico más amplio de sensibilidad, democracia, participación y menor competitividad.
¿Crees que has tenido más dificultades en el desarrollo de tu carrera por ser mujer?
Sí, tuve un trabajo donde cobraba la mitad que mi colega, hombre, cuando los dos hacíamos exactamente lo mismo. Claramente, estaba infravalorada por ser mujer.
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¿Qué mujer creativa es una inspiración para ti?
Patricia Urquiola, Lupi Asensio, Astrid Stavro, Ines Cox, Laura Messeguer, Núria Via, Veronica Fuerte, Ingrid Picañol, Eva Vesikansa, Letícia Ortín…
Para terminar, ¿qué pedirías para mejorar la situación de las mujeres en el sector?
La lucha para la igualdad de género no es exclusivamente femenina. Hasta que no cambie el modelo actual, marcado por los estereotipos de género y la dificultad para combinar la crianza de los hijos, no habrá igualdad.
Siempre he tenido muy claro que quería tener una carrera profesional como diseñadora y vivir de ella, pero también que quería ser madre. Combinar estas dos facetas de la vida, ha sido y está siendo muy complejo. Nuestro deber como mujeres es reivindicar nuestro espacio, nuestra carrera profesional y la mía, por ser madre, pasa también por educar a mis hijos con visión de género para que ellos vivan la igualdad entre hombres y mujeres de forma natural.
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